Te encontraste un billete de 500 euros en la calle y te pensaste rico. Además del billete te creíste propietario del solar donde lo encontraste. Eras el más guapo, el más moderno, el más inteligente, el más a la moda y el más ingenioso.
Con eso que te habías encontrado ibas a crear un mundo perfecto – a tu imagen y semejanza. Te permitías decirle a los demás, con arrogancia, que tenían los días contados – tic, tac…
Ahora te lo has gastado todo en chuches y andas lamentándote y echándole la culpa a todos de tu atracón.
Y es que hay gente a la que lo peor que le puede pasar es que le toque la lotería, sin saber trabajar ni administrar lo que se tiene.
Concédete unas vacaciones y viaja, por ejemplo a Dinamarca, y aprende humildemente cómo se consigue influir en la mejora de la vida de la gente sin necesidad de tener un ministerio.
Aunque cada vez somos más los que dudamos de que eso haya sido nunca tu objetivo. Tu tiempo ya pasó – tic, tac…